Volver:
Debemos
estar conscientes que nuestro objetivo principal en nuestra vida es
volver junto a La Madre, El Padre y Nuestro Señor Jesús. Para ello
debemos primeramente “Renunciar a nuestra vida”, es decir, a
nuestros deseos y ambiciones de este mundo, y renunciar al “Yo”.
Es decir, retirar todo tipo de ambición de nuestro eje de vida, como
ser la ambición monetaria y/o económica, las ambiciones que
glorifican al hombre en lugar de a Dios, nuestros mayores deseos
mundanos. En el caso de nosotros poseer una familia, tenemos que
cuidar de ella, sin embargo no podemos perder del “Eje” a Dios,
ni siquiera por ningún otro ser humano, por más llegado que sea; no
deben impedir nuestra relación con Dios y hacer su voluntad. Nuestro
“Centro” es Dios, siempre primeramente.
Así como en
la época de Jesús, el vino a darnos a conocer al Padre Celestial,
nuestro verdadero Padre, y a denunciar al “Padre de la mentira”,
es decir Satanás/Jehova/Baal. Por eso mismo, Jesús denunciaba a los
Fariseos como Hijos de Satanás y que sus obras, eran obras del mal.
Nosotros también tenemos una “Madre”, a la cual debemos
conectarnos con ella, que es la “Madre Naturaleza”, y la esposa
de Dios-Padre, es decir “El Espíritu Santo”. Que es la parte
femenina y primer creación de Dios-Padre. Ella estará encarnada, y
vendrá a hacer su obra en los tiempos venideros. También vendrá a
buscar a su hijo, Nuestro Señor Jesús en la segunda venida; vendrá
también a rescatar a sus hijos perdidos para que evolucionen y
vuelvan hacia ella, el Padre y Nuestro Señor Jesús y puedan
finalmente salir del infierno que viven aquí en la Tierra. Para ello
debemos mejorar ciertas conductas y hábitos, no solo alimenticios,
sino también en conexión con lo espiritual.
Nuestra
relación con Dios, debe manejar nuestras conductas, que al
conectarnos con el, el mismo espíritu es el que nos va a guiar para
alcanzar la voluntad de Dios. Es por eso que debemos renunciar a las
tradiciones mundanas, y olvidarnos todo lo que aprendimos desde niños
que nos adoctrinaron mediante la educación, y quizás, seguramente,
pusieron barreras para impedir que lleguemos a la sabiduría y
conocimiento verdadero que Dios nos brinda.
No debemos permitir
lo mismo que nuestros sentimientos nos confundan; porque hasta los
sentimientos pueden taparnos la verdad. Por ejemplo: Muchas personas
sienten ansiedad de “comer” sin necesidad de tener hambre. Es
decir que nuestros pensamientos y/o sentimientos están engañándonos,
haciéndonos funcionar en “automático”, como si fuéramos
autómatas o zombis. Es por eso que debemos estar equilibrados y orar
al ángel del apetito que se sincronice con nuestro cuerpo, ya que
Satanás, buscará la forma de hacernos pecar, y siempre querrá que
comamos más y más.
Nuestra relación con Dios es
personal, y cada uno de nosotros debe ocuparse en mantenerla viva,
mediante la oración, el ayuno y como nosotros nos conectamos con el
espíritu y la naturaleza misma, que habita en nuestros corazones y
el entorno natural, específicamente.
Es por eso, la gran
importancia de conectarse con la naturaleza y volver al estilo de
vida original, que es vivir en el campo, y rodeado del entorno de la
madre misma. Muchos han logrado “Despertarse” de alguna manera, y
tuvieron la sensación de volver hacia las raíces, volver a vivir en
el entorno natural que el campo y las montañas nos proveen.
Debemos tomar sol, que penetren en nuestros brazos sus
rayos solares, y debemos pedir a la Madre Terrenal, conectarnos con
ella, sus ángeles del aire, del agua, de los rayos de la luz del
sol, etc. Para así “evolucionar”, despertar nuestro espíritu,
más allá de pensamientos y sentimientos, para así lograr percibir
nuevos olores, nuevos colores, y pedirle a Dios sobre todo que nos
“Vivifique”, que nos llene de vida. Ya que muchos “No viven”
y solo repiten conductas en automático, sin estar conscientes del
presente, sino viviendo o en el pasado lejano, o en el futuro. Y no
son conscientes espiritualmente que están vivos en el presente, y
que cada segundo de vida lo vale. Si estamos vivos, tenemos que vivir
alegres y llenos de vida. Si Dios nos dió el “Aliento de vida”,
debemos ser agradecidos con el, y devolver “Vida” con nuestras
acciones, con nuestras obras, y con oración.
Tenemos vida más
allá del alimento, por eso la importancia del ayuno y la oración.
Ya dijo Nuestro Señor Jesús, a Satanás: -Escrito está: No solo de
pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de Dios. Por eso
Dios es el verbo, y todo lo que el diga, se cumplirá, porque es
aliento de verdad, palabra de vida. El es el pan de vida, y quien
coma de él, vivirá. Y quien beba de su agua, jamás tendrá sed ni
morirá.
Nuestro cuerpo nos lo dió “Nuestra Madre”, y
debemos cuidar de él. Alimentándonos de manera correcta, con frutos
y verduras, que Nuestra Madre nos dá. Tenemos que alimentarnos en la
mesa de Dios, y comer frutas y verduras crudas. Y no alimento muerto,
que haya tocado el fuego de la muerte, que mata los nutrientes, nos
enferma, nos genera muerte dentro de nuestro cuerpo y nos afecta. No
permitamos que Satanás mate nuestro cuerpos comiendo comida
contaminada que nos arruina hasta los huesos. Comamos comida “viva”,
cruda, con todos los nutrientes, y oremos a Nuestra Madre Terrenal,
para que nos libere de Satanás, de sus enfermedades e inmundicias, y
nos aleje de todos los pecados. Y vivamos conforme a la voluntad de
Dios, comiendo de sus mesa, para que “El cuerpo”, que es el
templo del señor, sea un lugar digno donde él pueda habitar.
Tengamos el lugar limpio donde el espíritu santo pueda posarse.
Ya
dijo Nuestro Señor Jesús: He
aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la
puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo. Jesús
respondió, y le dijo: Si alguno me ama, guardará mi palabra; y mi
Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada. El que
tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que
me ama será amado por mi Padre; y yo lo amaré y me manifestaré a
él.…
Y
el ángel
me
dijo: Escribe: Bienaventurados los que están invitados a la cena de
las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de
Dios.
Dichosos
aquellos siervos a quienes el señor, al venir, halle velando; en
verdad os digo que se ceñirá para
servir,
y los sentará a
la mesa, y
acercándose, les servirá. Y sed semejantes a hombres que esperan a
su señor que regresa de las bodas, para abrirle tan pronto como
llegue y llame.
Nos
tienen acostumbrados a seguir conductas “robóticas”, o
“tradicionalistas”, donde rige la conducta por tradiciones o
pensamientos de hombres, cuando nosotros nos tenemos que mover por el
“espíritu”, y no seguir conductas u horarios fijos por inercia.
Es decir que nos fueron impuestos con el correr de la educación
mundana, y en muchos casos, mal enseñados.
El cuerpo nos
avisará mediante el espíritu cuando debemos alimentarnos. Cada
cuerpo de cada persona, funciona de manera distinta, no somos todos
lo mismo. Sino que cada cuerpo funciona de manera diferente, y maneja
diferentes tiempos. Para que cada vez que nos alimentamos, no dañe
nuestro cuerpo y genere más trabajo al cuerpo, desgastándonos y
dándoles más trabajo a nuestros hermanos los ángeles, que reparan
los daños.
Por eso, debemos comer lo más lento posible y
triturar todo en nuestra boca, para que el ángel del agua, junto con
el del aire, formen como si fuera una pasta, de alimento y saliva
juntos, y así poder digerir mejor, además de que cada alimento que
comemos, lleva una digestión distinta; de manera que no debemos
mezclar mucho los alimentos. No debemos ingerir más de uno o dos
alimentos por vez. Es decir no debemos mezclar lo que es frutal con
lo que es verdura, ya que de esa forma forzamos al cuerpo a trabajar
más, y hará que generemos como una “falla” o “error”, que
hará que nos caiga mal la comida o nos generen gases como si fuera
una ciénaga humeante, lo cual no es agradable al Señor.
Nuevamente, por eso, debemos alimentarnos de la forma correcta.
Comiendo lentamente, pidiéndoles a los ángeles del agua y del aire,
que penetren en nosotros mientras nos alimentamos, y que el ángel
del apetito esté junto con ellos, en sincronía en nuestro cuerpo.
Agradeciéndole a La Madre Terrenal, al Padre Celestial y a Nuestro
Señor Jesús, por el alimento, y pidiendo que sea un alimento digno
de recibir en nuestro cuerpo. Tengamos un templo y un cuerpo digno de
Nuestro Señor.
En cuanto a la bebida debemos darnos
cuenta, por medio del espíritu, y no por medio de pensamientos o
sentimientos. Debemos estar atentos y ser pacientes y esperar para
ver si es que realmente tenemos sed, o sino seguimos un patrón
automático de adoctrinamiento social, lo cual no debemos hacer; sino
debemos beber cuando realmente tenemos sed y de ser posible, agua
“vivificada”. ¿Cómo debemos hallarla? Simplemente con poner una
jarra o botella de vidria al sol, y dejar que entre en contacto con
los ángeles de Nuestra Madre Terrenal (Los ángeles de los rayos de
la luz del sol, del agua y del aire). Debemos pedir a Nuestra Madre
Terrenal, a Nuestro Padre Celestial y a Nuestro Señor Jesús, que
envíe a sus ángeles del agua, del aire y de los rayos de la luz del
sol, para que “vivifiquen” el agua, llenándola con vida con
fuerza y pureza, para cuando entre en nuestro templo, nuestro cuerpo
sea agua viva, agua bendecida… Así la dejaremos reposando durante
unos 15 minutos, y luego ya estará lista para cuando tengamos sed,
podrámos beber de agua pura, sin tóxicos, sin cloro, sino agua de
vida.
También
podremos quitar nuestros sentimientos negativos y pensamiento de
resentimiento, bronca, o dolor. Tomando agua con nuestras manos, y
mojando nuestra nunca 3 veces diciendo: En el nombre del Padre, Del
Hijo y del Espíritu Santo, aleja nuestros demonios y nuestros
pecados e inmundicias de nosotros, porque escrito está: “Solo a
Dios adoraran y solo a Dios servirán”, aléjense en nombre de
Nuestro Señor Jesús. Y eso nos traerá paz… Lo podemos que hacer
siempre que nos sintamos disgustados o de “mal humor”. Para que
Nuestro Padre, Nuestro Señor Jesús y Nuestra Madre, envíen a sus
ángeles para que combatan por nosotros a todo espíritu inmundo que
nos rodee y los aleje. Ojo, no tenemos que seguir pecando, porque
como decía Jesús, sino se volverá en contra y aumentaran el número
de legiones demoníacas. Y los ángeles del señor se alejaran.
Por
últimos recomiendo para conectarnos con Nuestra Madre Naturaleza, de
ir a un lugar al aire libre, y dejar que en nuestros brazos tomen
aire, agua y penetren los rayos de la luz del sol. También
descalcémosnos y pongamos nuestros pies sobre la tierra, para que la
madre nos llene de su energía por medio del ángel de la tierra, y
nos conectemos con ella. A medida que nos vayamos conectando con ella
y sus ángeles, ella hará crecer debajo de nuestros pies en el lugar
donde pisemos en la tierra, hará brotar el alimento que nuestro
cuerpo necesitará. También hagamos una relajación, es decir
mediante el espíritu santo, reconozcamos cada parte de nuestro
cuerpo de abajo hacia arriba, y de frente y por detrás. Escaneando
nuestro cuerpo entero, y seamos consciente de cada parte de nuestro
cuerpo en nuestro espíritu. En ese momento, tenemos que sentirnos
relajados, plenos. Donde abandonemos toda tentación y sentimiento
negativo, y solo sentir paz, por dentro y por fuera. Así podremos
obtener la sabiduría del espíritu santo y logremos evolucionar, que
es el fin. Evolucionar y lograr volver a nuestra raíces, que es
volver junto al Padre, Nuestra Madre y Nuestro Señor Jesús. Ese es
el objetivo!
Amen
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