miércoles, 28 de mayo de 2025

Volver:

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Debemos estar conscientes que nuestro objetivo principal en nuestra vida es volver junto a La Madre, El Padre y Nuestro Señor Jesús. Para ello debemos primeramente “Renunciar a nuestra vida”, es decir, a nuestros deseos y ambiciones de este mundo, y renunciar al “Yo”. Es decir, retirar todo tipo de ambición de nuestro eje de vida, como ser la ambición monetaria y/o económica, las ambiciones que glorifican al hombre en lugar de a Dios, nuestros mayores deseos mundanos. En el caso de nosotros poseer una familia, tenemos que cuidar de ella, sin embargo no podemos perder del “Eje” a Dios, ni siquiera por ningún otro ser humano, por más llegado que sea; no deben impedir nuestra relación con Dios y hacer su voluntad. Nuestro “Centro” es Dios, siempre primeramente.

Así como en la época de Jesús, el vino a darnos a conocer al Padre Celestial, nuestro verdadero Padre, y a denunciar al “Padre de la mentira”, es decir Satanás/Jehova/Baal. Por eso mismo, Jesús denunciaba a los Fariseos como Hijos de Satanás y que sus obras, eran obras del mal. Nosotros también tenemos una “Madre”, a la cual debemos conectarnos con ella, que es la “Madre Naturaleza”, y la esposa de Dios-Padre, es decir “El Espíritu Santo”. Que es la parte femenina y primer creación de Dios-Padre. Ella estará encarnada, y vendrá a hacer su obra en los tiempos venideros. También vendrá a buscar a su hijo, Nuestro Señor Jesús en la segunda venida; vendrá también a rescatar a sus hijos perdidos para que evolucionen y vuelvan hacia ella, el Padre y Nuestro Señor Jesús y puedan finalmente salir del infierno que viven aquí en la Tierra. Para ello debemos mejorar ciertas conductas y hábitos, no solo alimenticios, sino también en conexión con lo espiritual.

Nuestra relación con Dios, debe manejar nuestras conductas, que al conectarnos con el, el mismo espíritu es el que nos va a guiar para alcanzar la voluntad de Dios. Es por eso que debemos renunciar a las tradiciones mundanas, y olvidarnos todo lo que aprendimos desde niños que nos adoctrinaron mediante la educación, y quizás, seguramente, pusieron barreras para impedir que lleguemos a la sabiduría y conocimiento verdadero que Dios nos brinda.
No debemos permitir lo mismo que nuestros sentimientos nos confundan; porque hasta los sentimientos pueden taparnos la verdad. Por ejemplo: Muchas personas sienten ansiedad de “comer” sin necesidad de tener hambre. Es decir que nuestros pensamientos y/o sentimientos están engañándonos, haciéndonos funcionar en “automático”, como si fuéramos autómatas o zombis. Es por eso que debemos estar equilibrados y orar al ángel del apetito que se sincronice con nuestro cuerpo, ya que Satanás, buscará la forma de hacernos pecar, y siempre querrá que comamos más y más.

Nuestra relación con Dios es personal, y cada uno de nosotros debe ocuparse en mantenerla viva, mediante la oración, el ayuno y como nosotros nos conectamos con el espíritu y la naturaleza misma, que habita en nuestros corazones y el entorno natural, específicamente.
Es por eso, la gran importancia de conectarse con la naturaleza y volver al estilo de vida original, que es vivir en el campo, y rodeado del entorno de la madre misma. Muchos han logrado “Despertarse” de alguna manera, y tuvieron la sensación de volver hacia las raíces, volver a vivir en el entorno natural que el campo y las montañas nos proveen.

Debemos tomar sol, que penetren en nuestros brazos sus rayos solares, y debemos pedir a la Madre Terrenal, conectarnos con ella, sus ángeles del aire, del agua, de los rayos de la luz del sol, etc. Para así “evolucionar”, despertar nuestro espíritu, más allá de pensamientos y sentimientos, para así lograr percibir nuevos olores, nuevos colores, y pedirle a Dios sobre todo que nos “Vivifique”, que nos llene de vida. Ya que muchos “No viven” y solo repiten conductas en automático, sin estar conscientes del presente, sino viviendo o en el pasado lejano, o en el futuro. Y no son conscientes espiritualmente que están vivos en el presente, y que cada segundo de vida lo vale. Si estamos vivos, tenemos que vivir alegres y llenos de vida. Si Dios nos dió el “Aliento de vida”, debemos ser agradecidos con el, y devolver “Vida” con nuestras acciones, con nuestras obras, y con oración.
Tenemos vida más allá del alimento, por eso la importancia del ayuno y la oración. Ya dijo Nuestro Señor Jesús, a Satanás: -Escrito está: No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de Dios. Por eso Dios es el verbo, y todo lo que el diga, se cumplirá, porque es aliento de verdad, palabra de vida. El es el pan de vida, y quien coma de él, vivirá. Y quien beba de su agua, jamás tendrá sed ni morirá.

Nuestro cuerpo nos lo dió “Nuestra Madre”, y debemos cuidar de él. Alimentándonos de manera correcta, con frutos y verduras, que Nuestra Madre nos dá. Tenemos que alimentarnos en la mesa de Dios, y comer frutas y verduras crudas. Y no alimento muerto, que haya tocado el fuego de la muerte, que mata los nutrientes, nos enferma, nos genera muerte dentro de nuestro cuerpo y nos afecta. No permitamos que Satanás mate nuestro cuerpos comiendo comida contaminada que nos arruina hasta los huesos. Comamos comida “viva”, cruda, con todos los nutrientes, y oremos a Nuestra Madre Terrenal, para que nos libere de Satanás, de sus enfermedades e inmundicias, y nos aleje de todos los pecados. Y vivamos conforme a la voluntad de Dios, comiendo de sus mesa, para que “El cuerpo”, que es el templo del señor, sea un lugar digno donde él pueda habitar. Tengamos el lugar limpio donde el espíritu santo pueda posarse.

Ya dijo Nuestro Señor Jesús:
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo. Jesús respondió, y le dijo: Si alguno me ama, guardará mi palabra; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada. El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre; y yo lo amaré y me manifestaré a él.…
Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que están invitados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios.
Dichosos aquellos siervos a quienes el señor, al venir, halle velando; en verdad os digo que se ceñirá para servir, y los sentará a la mesa, y acercándose, les servirá. Y sed semejantes a hombres que esperan a su señor que regresa de las bodas, para abrirle tan pronto como llegue y llame.

Nos tienen acostumbrados a seguir conductas “robóticas”, o “tradicionalistas”, donde rige la conducta por tradiciones o pensamientos de hombres, cuando nosotros nos tenemos que mover por el “espíritu”, y no seguir conductas u horarios fijos por inercia. Es decir que nos fueron impuestos con el correr de la educación mundana, y en muchos casos, mal enseñados.
El cuerpo nos avisará mediante el espíritu cuando debemos alimentarnos. Cada cuerpo de cada persona, funciona de manera distinta, no somos todos lo mismo. Sino que cada cuerpo funciona de manera diferente, y maneja diferentes tiempos. Para que cada vez que nos alimentamos, no dañe nuestro cuerpo y genere más trabajo al cuerpo, desgastándonos y dándoles más trabajo a nuestros hermanos los ángeles, que reparan los daños.
Por eso, debemos comer lo más lento posible y triturar todo en nuestra boca, para que el ángel del agua, junto con el del aire, formen como si fuera una pasta, de alimento y saliva juntos, y así poder digerir mejor, además de que cada alimento que comemos, lleva una digestión distinta; de manera que no debemos mezclar mucho los alimentos. No debemos ingerir más de uno o dos alimentos por vez. Es decir no debemos mezclar lo que es frutal con lo que es verdura, ya que de esa forma forzamos al cuerpo a trabajar más, y hará que generemos como una “falla” o “error”, que hará que nos caiga mal la comida o nos generen gases como si fuera una ciénaga humeante, lo cual no es agradable al Señor.
Nuevamente, por eso, debemos alimentarnos de la forma correcta. Comiendo lentamente, pidiéndoles a los ángeles del agua y del aire, que penetren en nosotros mientras nos alimentamos, y que el ángel del apetito esté junto con ellos, en sincronía en nuestro cuerpo. Agradeciéndole a La Madre Terrenal, al Padre Celestial y a Nuestro Señor Jesús, por el alimento, y pidiendo que sea un alimento digno de recibir en nuestro cuerpo. Tengamos un templo y un cuerpo digno de Nuestro Señor.

En cuanto a la bebida debemos darnos cuenta, por medio del espíritu, y no por medio de pensamientos o sentimientos. Debemos estar atentos y ser pacientes y esperar para ver si es que realmente tenemos sed, o sino seguimos un patrón automático de adoctrinamiento social, lo cual no debemos hacer; sino debemos beber cuando realmente tenemos sed y de ser posible, agua “vivificada”. ¿Cómo debemos hallarla? Simplemente con poner una jarra o botella de vidria al sol, y dejar que entre en contacto con los ángeles de Nuestra Madre Terrenal (Los ángeles de los rayos de la luz del sol, del agua y del aire). Debemos pedir a Nuestra Madre Terrenal, a Nuestro Padre Celestial y a Nuestro Señor Jesús, que envíe a sus ángeles del agua, del aire y de los rayos de la luz del sol, para que “vivifiquen” el agua, llenándola con vida con fuerza y pureza, para cuando entre en nuestro templo, nuestro cuerpo sea agua viva, agua bendecida… Así la dejaremos reposando durante unos 15 minutos, y luego ya estará lista para cuando tengamos sed, podrámos beber de agua pura, sin tóxicos, sin cloro, sino agua de vida.


También podremos quitar nuestros sentimientos negativos y pensamiento de resentimiento, bronca, o dolor. Tomando agua con nuestras manos, y mojando nuestra nunca 3 veces diciendo: En el nombre del Padre, Del Hijo y del Espíritu Santo, aleja nuestros demonios y nuestros pecados e inmundicias de nosotros, porque escrito está: “Solo a Dios adoraran y solo a Dios servirán”, aléjense en nombre de Nuestro Señor Jesús. Y eso nos traerá paz… Lo podemos que hacer siempre que nos sintamos disgustados o de “mal humor”. Para que Nuestro Padre, Nuestro Señor Jesús y Nuestra Madre, envíen a sus ángeles para que combatan por nosotros a todo espíritu inmundo que nos rodee y los aleje. Ojo, no tenemos que seguir pecando, porque como decía Jesús, sino se volverá en contra y aumentaran el número de legiones demoníacas. Y los ángeles del señor se alejaran.

Por últimos recomiendo para conectarnos con Nuestra Madre Naturaleza, de ir a un lugar al aire libre, y dejar que en nuestros brazos tomen aire, agua y penetren los rayos de la luz del sol. También descalcémosnos y pongamos nuestros pies sobre la tierra, para que la madre nos llene de su energía por medio del ángel de la tierra, y nos conectemos con ella. A medida que nos vayamos conectando con ella y sus ángeles, ella hará crecer debajo de nuestros pies en el lugar donde pisemos en la tierra, hará brotar el alimento que nuestro cuerpo necesitará. También hagamos una relajación, es decir mediante el espíritu santo, reconozcamos cada parte de nuestro cuerpo de abajo hacia arriba, y de frente y por detrás. Escaneando nuestro cuerpo entero, y seamos consciente de cada parte de nuestro cuerpo en nuestro espíritu. En ese momento, tenemos que sentirnos relajados, plenos. Donde abandonemos toda tentación y sentimiento negativo, y solo sentir paz, por dentro y por fuera. Así podremos obtener la sabiduría del espíritu santo y logremos evolucionar, que es el fin. Evolucionar y lograr volver a nuestra raíces, que es volver junto al Padre, Nuestra Madre y Nuestro Señor Jesús. Ese es el objetivo!

Amen

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La importancia del ayuno y la oración: